Una explosión se produjo ayer hacia las 6,00 horas delante de un restaurante de kebab cercano a una mezquita en la localidad de Villefranche-sur-Saône (Rhône), al este de Francia. La policía declaró que se trataba de una detonación criminal tras la apertura de una investigación.
El suceso ocurrió casi un día después del atentado contra la sede de Charlie Hebdo, que acabó con la vida de 12 personas. Todo el país se encuentra en alerta máxima por atentado terrorista mientras las autoridades están llevando a cabo una amplia operación de busca y captura contra los dos principales sospechosos del ataque, Saïd y Chérif Kouachi.
La alarma está instalada en la sociedad francesa, motivo por el cual la policía prefiere ser cauta y no vincular de momento este acto con los atentados cometidos en el semanario satírico.
Sin embargo varios lugares de culto musulmán han sido objeto de ataques desde que se produjo el atentado. Varias personas han lanzado tres granadas y han disparado al menos una vez contra una mezquita en Mans (al oeste del país), y se han escuchado dos disparos en una sala de rezo musulmán en Port-la-Nouvelle (al sur).
Las organizaciones musulmanas francesas emitieron un comunicado conjunto en el que mostraban su rechazo al ataque contra el semanario, y en el que aseguraban estar “profundamente entristecidas por el asesinato de nuestros compatriotas policías y periodistas”.
