miércoles, 18 de febrero de 2015

Kiev sufre revés con pérdida de la estratégica Debáltsevo, tropas emprenden retirada

Kiev, 18 feb (EFE).- Ucrania, que se prepara para celebrar el primer aniversario del cambio de poder en Kiev tras la revolución del Maidán, sufrió hoy un duro revés en la guerra que libra desde hace diez meses contra los separatistas prorrusos en el este del país.

Después de una dura resistencia y hostigados por los rebeldes, los soldados gubernamentales tuvieron que abandonar Debáltsevo, la estratégica ciudad que enlaza los dos bastiones separatistas de Donetsk y Lugansk, donde se seguía combatiendo a pesar del alto el fuego alcanzado la semana pasada en Minsk.

El jefe de Estado ucraniano, Petró Poroshenko, confirmó que el 80 por ciento del contingente ucraniano desplegado en Debáltsevo, atacada desde ayer por las milicias separatistas, se había retirado de la ciudad.

"Esta mañana, las Fuerzas Armadas de Ucrania y la Guardia Nacional han concluido la operación para la retirada ordenada de Debáltsevo. Ya ha salido el 80 por ciento de las unidades", dijo Poroshenko, antes de volar hacia la zona del conflicto, donde se reunió con algunos de los soldados que habían defendido la ciudad.

Agregó que "las unidades salieron de manera ordenada, con todo su armamento, con carros de combate, blindados, piezas de artillería y vehículos de transporte".

También la periodista Anastasía Stanko, del canal ucraniano "Hromadske TV", señaló desde la ciudad que los soldados de la 168ª brigada de las Fuerzas Armadas ucranianas y los combatientes del batallón de voluntarios "Krivbas", que estaban cercados desde hace semanas, salieron a pie tras romper el cerco de las milicias rebeldes.

Algo que contradicen portavoces de los rebeldes, que en vez de un repliegue organizado hablan de la rendición de miles de soldados desmoralizados que habrían depuesto sus armas antes de abandonar la ciudad gracias a un corredor abierto por las milicias.

El subjefe del mando militar separatista en Donetsk, Eduard Basurin, llegó a decir que hasta 3.000 soldados gubernamentales habían muerto en los combates, una cifra no confirmada por otras fuentes y que podría ser parte de la guerra de propaganda que se desarrolla en paralelo a la contienda bélica.

Como muestra del control asumido por los separatistas, el líder de la autoproclamada república de Donetsk, Alexánder Zajárchenko, se apresuró a nombrar a un alcalde de Debáltsevo.

Según la agencia de prensa de los rebeldes, DAN, el nuevo regidor, Alexánder Afendik, ya ha ordenado crear "un grupo de trabajo para reconstruir" la ciudad, arrasada por los bombardeos de artillería, y para recuperar cuanto antes la vida normal.

Los combates por el control de Debáltsevo se intensificaron hace un mes y no solo no han cesado, sino que se incrementaron, desde que el pasado día 12 se lograra consensuar en Minsk un documento para poner fin al conflicto.

Rusia ha justificado la ofensiva prorrusa contra Debáltsevo, aduciendo que el alto el fuego no afectaba a ese estratégico nudo de comunicaciones.

Su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, insistió en que las milicias insurgentes tenían sitiadas a las fuerzas gubernamentales y lamentó los intentos de Kiev de romper el cerco.

Y el presidente Vladímir Putin había instado ayer a Kiev a ordenar la retirada de sus tropas de Debáltsevo

Falta por ver si tras conquistarla, los rebeldes cesarán su ofensiva y se podrá avanzar en los siguientes puntos del acuerdo de Minsk, como la retirada de las armas pesadas y la creación de una zona de seguridad, antes de pasar a los aspectos más políticos del documento.

Los protagonistas de este acuerdo, los mandatarios de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania, volvieron hoy a hablar por teléfono tras la caída de Debáltsevo en manos de los rebeldes, para mantener el trabajo emprendido de cara a la aplicación del mismo.

Aunque nadie da por roto el alto el fuego definitivamente, todas las opciones están abiertas en este conflicto.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, volvió hoy a acusar a Rusia de proporcionar apoyo a los separatistas "dándoles equipos pesados, armas avanzadas, fuerzas y entrenamiento" e instó a Moscú a retirar a "todas sus fuerzas" de territorio ucraniano.