sábado, 11 de abril de 2015

La reunión Obama-Castro legitima la "opresión" castrista, según exiliados

Miami (EE.UU.), 11 abr (EFE).- Gran parte del exilio cubano opinó hoy que el encuentro de los presidentes de EE.UU., Barack Obama, y Cuba, Raúl Castro, en la Cumbre de las Américas solo sirve para legitimar la "opresión" del castrismo y denunció que los derechos de los cubanos fueron "los grandes excluidos" de la cita continental.

El sentimiento de decepción e indignación es el que predomina en la valoración del exilio sobre la reunión cara a cara de Obama y Castro en Panamá, que es la primera en más de medio siglo de un presidente de EE.UU. y uno de Cuba.

Obama y Castro sellaron el deshielo de las relaciones diplomáticas entre dos países hasta ahora antagonistas, sin que el régimen cubano haya dado señales de querer avanzar hacia la construcción de instituciones democráticas en la isla y el respeto a los derechos humanos, dijeron líderes del exilio.

Sylvia Iriondo, presidenta del grupo Mar por Cuba, quien ha denunciado haber sido agredida en Panamá por oficiales castristas al igual que otros disidentes que asistieron a los foros previos a la Cumbre, dijo a Efe que el encuentro de hoy y el apretón de manos del viernes entre Obama y Castro "legitiman la opresión, violencia y barbarie que continúa llevando a cabo el régimen castrista".

Para Iriondo, la prueba más reciente de que el Gobierno cubano sigue amparando acciones represivas y de intimidación fue la agresión que sufrieron el pasado miércoles varios disidentes cubanos en Panamá por parte de oficiales castristas.

Los hechos ocurrieron durante una ofrenda floral a José Martí en el Parque Porras de la capital panameña y frente a la Embajada de Cuba en este país.

Según denunciaron los opositores cubanos, algunos miembros de la Embajada y responsables de seguridad del Estado cubano, al percatarse de su presencia, se abalanzaron sobre ellos a golpes, puñetazos y patadas.

También expresó su indignación por la reunión de Obama con Castro Antonio Díaz Rodríguez, secretario general del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), fundado por el fallecido Oswaldo Payá, quien fue uno de los líderes más importantes de la disidencia interna cubana y muy incómodo para el régimen castrista.

"Los cubanos somos los grandes excluidos de la cumbre, los que continuamos sufriendo la tiranía del castrismo, contemplando una reunión (la de Obama con Castro) que no representa los derechos del pueblo de Cuba", arguyó Díaz.

Díaz Rodríguez se lamento de que en Panamá "no ha habido ni una voz que se haya levantado en defensa de los derechos del pueblo cubano para decidir su destino".

El destacado grupo del exilio Directorio Democrático Cubano consideró que la reunión mantenida por ambos mandatarios "no significa ningún cambio fundamental en la realidad cubana ni beneficia al pueblo cubano".

Es más, este acercamiento de EE.UU. "legitima la dictadura totalitaria castrista ante la comunidad internacional y da la espalda a los luchadores cívicos" de dentro y fuera de la isla, señaló en sintonía con lo expresado por Mar por Cuba y el MCL.

En ese sentido, quiso el Directorio Democrático Cubano dejar claro que su organización quiere encarnar la "voz de los hombres y mujeres que luchan dentro de Cuba frente a la feroz represión y por la verdadera libertad".

Asimismo, alertó a la comunidad internacional sobre el "aumento de la represión en Cuba y las amenazas de muerte a disidentes y asesinatos políticos".

A este valoración crítica se sumó José Basulto, fundador de la organización Hermanos al Rescate, quien dijo que el encuentro Obama-Castro refleja "tristemente los extremos a los que ha caído Estados Unidos, algo que ha roto todas las pautas de conducta".

Basulto recordó el atentado terrorista del el 24 de febrero de 1996, cuando dos avionetas de Hermanos al Rescate, un grupo dedicado al rescate de balseros cubanos, fueron impactadas por misiles aire-aire disparados por cazas MIG cubanos en espacio aéreo internacional y murieron tres pilotos.

Por ello, subrayó, "después de practicar Cuba el terrorismo durante más de medio siglo", sería una inmoralidad que EE.UU. retirara al Gobierno cubano de la lista de países patrocinadores del terrorismo.

En cualquier caso, señaló con decepción Basulto, "abrir relaciones con un país (Cuba) que no ha realizado ningún cambio ni ha ofrecido concesiones en materia de derechos humanos" es un "insulto" para los exiliados y una "pérdida de tiempo para Estados Unidos".