BUENOS AIRES (Reuters) - Las imágenes de un ex funcionario argentino esposado tras ser atrapado en medio de la noche tratando de ocultar millones de dólares en un convento han generado un caos en la oposición, lo que ofrece tiempo al nuevo presidente para aplicar difíciles medidas de austeridad para reactivar la economía.
Mauricio Macri asumió la presidencia en diciembre con la promesa de revivir la tercera economía de América Latina después de años con altos niveles de gasto durante los gobiernos populistas de su predecesora, Cristina Fernández.
Los costos de los alimentos y de los servicios públicos se han disparado desde que Macri devaluó la moneda local y redujo los subsidios a la energía. Miles de personas salieron a las calles el jueves golpeando sus cacerolas bajo la lluvia para protestar contra las políticas oficiales.
Pero Fernández, una enemiga declarada de Macri que podría competir con él en las elecciones presidenciales de 2019, no ha podido sacar provecho del descontento social.
La ex presidenta se vio avergonzada el mes pasado cuando su antiguo secretario de obra pública José López fue arrestado luego de arrojar bolsos con casi 9 millones de dólares al interior de un convento en un suburbio de Buenos Aires.
López comenzó a lanzar los bolsos por encima de las paredes del convento Nuestra Señora del Rosario de Fátima a las 3 de la mañana, cuando las ancianas monjas se demoraron en abrir la puerta. Fiscales están investigando vínculos entre funcionarios del Gobierno de Fernández y el convento.
López ha sido acusado de lavado de dinero y de llevar al convento un rifle automático sin licencia.
La cobertura del escándalo ha saturado los medios locales y dejó a la oposición paralizada en momentos en que Macri sigue avanzando en sus políticas para atraer inversiones, que él afirma que permitirán una recuperación económica en 2017.
"Los hechos de corrupción le permiten (a Macri) ganar tiempo", dijo el encuestador local Carlos Fara, quien agregó que Macri tiene una imagen positiva del 59 por ciento, mientras que la de Fernández ha caído a un 36 por ciento, desde el 46 por ciento que tenía cuando finalizó su mandato en diciembre.
Este mes se difundió un video de seguridad del convento que muestra a una monja abriendo la puerta a López y tomando sus bolsos en horas tempranas del 14 de junio.
Fernández dice que las acusaciones de corrupción en su contra tienen un objetivo político y que ella desconocía cualquier delito cometido por López.
La ex presidenta tiene un 44 por ciento de imagen negativa, comparado con el 34 por ciento que tenía al dejar el poder, dijo Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit.
"El caso López golpeó duramente a Cristina y le dio a Macri cierto respiro político para atravesar este período de protestas sociales por los aumentos de las facturas de servicios públicos", explicó Fornoni.
Se espera que el diputado y ex candidato presidencial Sergio Massa, de perfil más moderado, tenga un rol de liderazgo en la oposición de cara a las elecciones legislativas de octubre de 2017.
Massa tiene un enfoque más conciliador que Fernández y es posible que sea más proclive al diálogo a la hora de debatir las reformas promercado que envíe Macri al Congreso.
"Los casos de corrupción son la causa de la imagen en descenso de Cristina. Massa se mantiene en la misma posición", en alrededor del 42 por ciento, dijo el analista político Rosendo Fraga.
Pero en lo que resta del año, la mayor preocupación para Macri será un recuperación económica más lenta de lo que esperaba inicialmente, más que cualquier rival político.
Al ser consultado acerca de quién tiene más probabilidades de liderar a la oposición, Fraga dijo: "Por ahora, nadie".
